jueves, 21 de febrero de 2013

miércoles, 20 de febrero de 2013

BCN

Soy de Madrid, vivo en Málaga y me gusta Barcelona. Qué le voy a hacer.

Estas fotografías forma parte de una serie titulada "BCN". Mi forma de ver la Ciudad Condal.

Espero que os gusten.

 

 

 
 

 

 

 

 

Abre...

Déjame entrar...

 

 

martes, 19 de febrero de 2013

Legacy

Hace tiempo alguien escribió que morimos tres veces.

La primera es la muerte física de nuestro cuerpo. La segunda, cuando somos enterrados. Y la tercera, cuando alguien pronuncia nuestro nombre por última vez.

Yo añadiría una muerte más: Cuando la última de nuestras imágenes, de cómo fuimos, de cómo vimos la vida, desaparece para siempre.

Hoy en día es difícil morir del todo. Nuestro rostro, nuestras obras, parte de lo que fuimos o quisimos llegar a ser, permanece almacenado en la memoria sintética de la Humanidad. Es algo así como un almacén de almas, un paraíso cibernético donde no hay opción al olvido.

Y sin embargo hubo una época, durante casi toda la historia de la Humanidad, en que eso no fue así. Un tiempo donde las imágenes también envejecían y morían con sus creadores.

Esta fotografía fué tomada en un viejo cementerio. El nombre de la tumba estaba prácticamente borrado, y unas cuantas flores secas acompañaban el agrietado retrato que os presento. Aunque no era posible adivinar los rasgos del difunto me llamó la atención el deterioro de la imagen, la acusada similitud con el rostro de un cadáver.

Era, en resumen, la esencia misma del olvido.

 

 

 

 

domingo, 17 de febrero de 2013

Manhattan (1)

Tomando el sol a la hora de la comida, apenas unos minutos, entre las columnas de la Corte de Justicia de Nueva York. Ahí estábamos, él y yo. Quizás este hombre no sepa nunca que esta imagen existe, ni que ese instante de su vida está en este blog. Solo un momento, un disparo, hace ya tanto tiempo...

Es una foto antigua, con todo el sabor y la textura de la querida Tri X forzada a 800 ISO. De una época sin las neurosis del "ruido" y el "rango dinámico" que infectan la fotografía actual. Disparada con una compacta, sin correcciones de software, ni raw, ni gaitas.

Fotografía pura y dura.