Decía Richard Feynman, refiriéndose al vacío cuántico, que "había mucho espacio ahí abajo..."
Hay todo un mundo ahí abajo, ante nuestra vista, bajo nuestros pies, rodeándonos continuamente, esperando ser contemplado...
Yo comencé en esto de la fotografía por la inagotable curiosidad de ver lo invisible, de escudriñar entre la hojarasca y ver que algo se movía, de levantar una piedra y ver huir algo sinuoso y amenazador.
Es como si la Naturaleza hubiese echado el resto en lo diminuto, dotándolo de una complejidad y una belleza inigualable.
Las fotografías de esta primera entrega corresponden a la serie "Phylum", y fueron realizadas sobre película negativa de blanco y negro Agfapan 25 en el año 2001.
El equipo utilizado fué una cámara Olympus OM-2n, con un fuelle automático al que se había acoplado un tubo de extensión telescopico de 116 mm, y un objetivo súper-macro de 20 mm. Con esta combinación se consiguen aumentos cercanos a 20X. En el límite de la fotomicrografía.
Años después escaneé los negativos, y el resultado es el que os muestro a continuación.
Son insectos. Mis máquinas biológicas preferidas. Seres de otro mundo, terriblemente sociales y, a la vez, montruos de ferocidad inigualable.
Y en su complejo mundo de interacción bioquímica, ni siquiera saben que existimos...