Siempre hemos sido mutantes.
Desde que dominamos el fuego y poblamos el cielo con dioses, nos hemos modelado sin descanso,
Y ahora que nuestra mente se zambulle en el torbellino de un futuro espeluznante y deseado, apenas reconocemos el primate del que procedemos.
Bienvenidos a la Era del Hombre Cuántico.
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