martes, 3 de diciembre de 2013

No lo sé

Después de tanto tiempo, tantos años, tantas experiencias.

Después de ir trotando de aquí para allá agarrando (o agarrado a) una cámara, en la más gloriosa soledad o en la querida compañía de amigos, casi hermanos, de toda la vida.

Después tantos horizontes, tantos silencios y tanta emoción, en el fondo no sé por qué hago fotos.

¿Qué busco, en realidad? ¿Por qué esa sensación de capturar, de adueñarme del objeto, del lugar? ¿Qué ansía en realidad mi mente cuando veo ciertas formas, líneas, colores?

 

 

 

 

¿Por qué, al moverme mirando por el visor, a veces, todo encaja de repente, todo fluye y la imagen comienza a contarme su historia? ¿Estaba la historia allí, esperando ser leída, o soy yo el que crea la historia en base a los elementos que encuentro?





Quizás todo se reduce a que, en el fondo, sólo fotografío para recordar. Hay un vasto almacén de recuerdos de la infancia; de lugares, de sabores, de olores que necesitan volver, y quizás lo que hago con la cámara es, simplemente, traerlos de vuelta.

 

1 comentario:

  1. Muy buen análisis de los detalles. En eso estamos todos, en buscar, perpetuarnos, coleccionar instantes.
    Eres un maestro.

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