viernes, 28 de diciembre de 2012

Navidad, navidad.

Definitivamente, el día de Navidad no es mi día.

Y aunque aprovecho para levantarme algo mas tarde (no penséis mal, que a las 8,30 estaba arriba), el día se me hace largo, raro y cansino.

Y este 25 no iba a ser distinto.

Abrí un ojo con el primer trueno y, cuando empezó a caer la de Dios, ya estaba asomado a la ventana, calculando.

La mañana era fría, gris, desapacible y silenciosa. Esa es mi idea del Paraíso. Así que cogí el petate (fonocámara y poco mas), y me fui a hacer algunas fotos a un viejo cementerio aquí en Málaga, pues me apetecía un poco de tranquilidad después de tanto frenesí navideño.

Cesó la lluvia y atravesé el silencio hasta la entrada en ruinas.

Nadie.

Al igual que una piel cuenta su historia a través de las cicatrices, este lugar las contaba en sus lápidas empapadas con nombres ilegibles, nichos abandonados, grietas que dejaban entrever rincones secretos.

Un bosque de paz, de vidas que fueron y pasaron.

Pero todo bosque tiene su lobo, y éste apareció entre las tumbas, enseñando los colmillos, sonriendo.

-Buenos días (abuelita, abuelita...), veo que está usted haciendo fotos (que boca mas grande tienes...) ¿No sabe que está prohibido? (es para comerte mejor, pequeña imbécil...)

Prohibido.

Que gran palabra. Es el soniquete que nos quieren meter a martillazos en la cabeza: Prohibido hacer fotos.

Le miré con la sonrisa de quien no ha roto un plato en su vida. Le dije que no sabía que no pudiesen hacerse fotos, que ya me iba y que buenos días tenga usted. Me daba igual. Ya tenía lo que quería.

Al salir me crucé con un pardillo que entraba en ese momento cargado con una réflex de siete kilos, un bolsón de otros doce y un chaleco fotográfico. Vamos, de incógnito. El lobo se dirigió hacia él como una bala, y yo aproveché el pasillo humanitario para largarme.

Eran las once menos cuarto, y el puñetero día de Navidad apenas había comenzado.

Aquí os dejo algunos recuerdos de tan alegre mañana.

 

 
 

 

 

 
 

 

6 comentarios:

  1. Si que te cundió la mañana. me da que pensar estos efectos de aplicación digital. ¿Hasta que punto es la foto o el efecto? Indudablemente el resultado es muy bueno pero...¿donde está el fotógrafo y donde la aplicación?. en fin, hay lo dejo

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    1. El fotógrafo siempre está detrás de la imagen. La cámara, la aplicación, son herramientas que hay que saber utilizar y siempre ayudan. Pero no son nada sin la visión del que toma la fotografía.

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  2. Estoy de acuerdo con Tabanera y con Mark Twain.
    ..."No puedes fiarte de tus ojos si tu imaginación no está enfocada"...
    Salvador

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  3. A los maestros hay que admirarlos. Y exactamente eso es lo que yo hago cuando contemplo esta serie de fotos del (disculpen la mayúscula admirativa) Maestro Tabanera. No necesito adjetivos porque él los pone todos en sus obras que sugieren, muestran mucho y enseñan más. Una palabra más: gracias por compartirlas. Colofón: también mi agradecimiento para José Ramón San José quien, cargado de generosidad ajena y de buen gusto, me indicó dónde encontrarlas.

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    1. Muchísimas gracias, viejo amigo. ¡Cómo pasa el tiempo!
      Aquí no hay maestros, solo eternos alumnos con los ojos muy abiertos, siempre aprendiendo.
      Gracias a tí y a Jose Ramón.
      Un abrazo enorme!

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