sábado, 29 de diciembre de 2012

Regresando...de nuevo.

Los duendes de la informática han hecho que este post sea ilegible, así que aquí os lo vuelvo a contar:

"Tiempos turbulentos. Mentes turbulentas.

Saturado por miles y miles de imágenes, abrumado por el exceso de información, sigo buscando el camino de regreso, el sendero conocido que me lleve a la antigua calidez a través del abismo.

 
 

Todo parecía en su sitio, ordenado. La mente fluía, las ideas crecían, las imágenes contaban historias sin tener que gritar.

Pero el mundo ha cambiado.

Todo es más rápido, inmediato. Las imágenes captadas, editadas, compartidas, comentadas y olvidadas sin apenas tiempo para verlas crecer.

Pues las fotografías crecen, evolucionan en la mente de quien las contempla, aunque su creador haya desaparecido mucho tiempo atrás.

Nuevas y prometedoras técnicas (plenóptica, gif animado, timelapse...), convertidas en poco más que un pasatiempo adolescente.

Depurados y complejos procesos de edición charloteados en torpes tutoriales.

Nuevas y creativas formas de entender la toma fotográfica, utilizadas masivamente y abandonadas poco tiempo después.

Y esto es lo que hay. Bienvenidos a la Nueva Era de la Fotografía.

Sin embargo, y como ya deducís por lo leído, pertenezco a esa extraña raza de seres al borde de la extinción que vivimos la brecha digital en la fotografía. Pasamos de la oscuridad del laboratorio químico a la portentosa luz de los monitores primorosamente calibrados, de las probetas y los líquidos a los programas de edición digital.

Y pasamos, sobre todo, de hacer FOTOGRAFÍAS a capturar IMÁGENES.

Quizá algunos penséis que es lo mismo, pero hay una gran diferencia. La IMAGEN es un conjunto de bits, unidades de información virtual alojadas en una memoria electrónica, y que se visualiza a través de una pantalla.

Técnicamente hablando, las IMÁGENES, como tales, no existen.

Las FOTOGRAFÍAS son algo más. Son un objeto sólido, tridimensional, con peso, tacto y olor.

Son un trozo de vida que sostenemos en las manos, que amontonamos en una caja, que lanzamos al aire, que vemos como envejecen con el tiempo, como nosotros, con nosotros...

Para nuestra raza en extinción, la fotografía es una parte crucial de la vida, de lo que hemos sido y de lo que hemos acabado siendo.

Y quizás eso es lo que perderemos si, al final, en vez de dejarnos el alma FOTOGRAFIANDO, nos limitamos a CAPTURAR imágenes...



 

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